jueves, 16 de diciembre de 2010

Empleo: más preguntas que respuestas

“El empleo es condición sine qua non para que la gran mayoría de hogares guatemaltecos tengan casa, comida, educación y salud.”

El día de ayer salió una nota en la sección económica muy interesante. El título era “Prevén esatbilidad en el empleo”, y básicamente resumía un estudio hecho por una empresa de recursos humanos llamada Manpower. Haciendo una encuesta a 620 empresarios a nivel nacional, en diferentes sectores de actividad económica, destaca las expectativas que dichos agentes tienen con relación a posibles despidos y contrataciones que harían en el siguiente trimestre.

De allí derivan una medida llamada “tendencia neta del empleo”, que no es más que la resta entre los empleos y despidos que se prevén para el período en cuestión. Guatemala aparece con una tendencia neta de empleo del 9% para el primer trimestre del 2011. Aunque los datos que se presentan son bastante agregados en cuanto a distribución geográfica, tamaño de muestra, y sectores de actividad, es posible resaltar un par de tendencias.

La primera es que la región más rezagada del territorio nacional sigue siendo la Norte, resultado que refuerza las cifras de pobreza, en donde esa misma región es de las más pobres del país. Es decir, no solamente son pobres, sino que además no se está generando mayor empleo.

La segunda tendencia es que aparentemente el mayor dinamismo proviene del sector construcción, seguido muy de lejos por el sector agrícola y de transporte y comunicaciones. El sector servicios, por su parte, es el que menos empleo generaría. Resultado relevante cuando se piensa en el tipo de mano de obra que cada sector contrata, y por ende en el nivel salarial que podría llegar a tener las nuevas plazas. En promedio se esperaría que el sector servicios demandara un trabajador más cualificado, más productivo, y por consiguiente con un salario mayor.

Finalmente, en una comparación con otros países en donde también se realizan encuestas similares. Guatemala aparece a la cola en la tendencia neta de empleo (9%) para 2011 muy por debajo de otros países de la región como México (16%), Costa Rica (19%) ó Panamá (22%).

Pero además de los resultados obtenidos de la encuesta, es pertinente ir un paso más allá y reflexionar en un sentido más amplio sobre este mercado tan importante para el bienestar de la sociedad en su conjunto. El empleo es condición sine qua non para que la gran mayoría de hogares guatemaltecos tengan casa, comida, educación y salud. En otras palabras, son muy poquitos aquellos hogares privilegiados, que pueden prescindir de que – cuando menos – uno de sus miembros trabaje, y poder darse el lujo de vivir de rentas generadas por otros factores de la producción.

Por consiguiente, este tema debiera ser un tema central en la política pública nacional. Debiéramos estar inundados de análisis del mercado laboral guatemalteco. Por ejemplo, caracterizaciones del perfil del empleo para diferentes grupos de edad, étnicos, para cada departamento del país. Debiéramos poder predecir con mucha certeza las probabilidades de encontrar empleo para nuestros jóvenes, dependiendo de la cantidad y calidad de escolaridad que tienen. Las mediciones del empleo en el país tendrían que ser tan regulares y sistemáticas como la página del horóscopo en cada periódico.

Sin embargo no es así. Por el contrario, este estudio de Manpower y quizás el que hace ASIES son de lo poco que circula para medio tomarle el pulso al mercado laboral. Nuestras últimas encuestas oficiales de empleo son del 2004. ¿Increíble o no?

Conocer las expectativas de generación de empleo es importante, es verdad y no lo discuto. Pero también es cierto que no podemos seguir basando nuestra lectura de un mercado tan importante como el laboral de una forma tan miope, sin más referente que una pequeña muestra privada de empresarios y sus “espíritus animales” – como diría Keynes – con respecto a la creación o destrucción de plazas de trabajo.

Además de salir a preguntar a empresarios lo que piensan con respecto al siguiente trimestre, nuestro Instituto Nacional de Estadística debiera estar haciendo el mismo esfuerzo y con esa misma regularidad, para salir a tocar la puerta de nuestros hogares para que nos cuenten qué es lo que les ha pasado cada 10 ó 12 semanas.

Para terminar, me gustaría complementar la opinión de la ejecutiva de esta empresa cuando nos recuerda la importancia de (sic) “desarrollar la calidad del recurso humano y que se aprovechen los talentos y habilidades para que los trabajos no se vayan a otros países”. Eso es una parte – muy importante por cierto – del mercado.

La otra parte tiene que ver con la calidad de los puestos de trabajo que se generan para atraer mucho de nuestro capital humano que ya está formado y que tristemente sale centrifugado de la región por falta de oportunidades o, peor aún, porque habiéndolas, nuestro mercado laboral no sabe hacer un match adecuado entre plazas y talentos.

En todo caso, discusiones de este tipo solamente se pueden tener con más y mejor información estadística. De otra manera es como sacar el dedo por la ventana para tratar de pronosticar si va a llover en el territorio nacional.

Prensa Libre, 9 de diciembre de 2010.

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