miércoles, 21 de mayo de 2014

Los territorios del empleo

“Ambos tipos de territorios gobernados por las mismas elites, ambos tipos de contribuyentes aportando al mismo sistema fiscal, ambos tipos de grupos sociales viviendo la democracia de manera diametralmente opuesta.”

Hace algunos años hicimos una alianza estratégica el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP), el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional (IDRC, por sus siglas en inglés) y Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), para producir desde la región reflexiones cada dos años sobre dos de los temas más acuciantes en la agenda latinoamericana: reducción de la pobreza y reducción de la desigualdad.

Así, en el año 2011 se produjo el primer “Informe Latinoamericano sobre Pobreza y Desigualdad”, en el cual participaron equipos de reconocidos investigadores locales.  La idea era monitorear a ocho países de la región –Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México y Perú–, en seis dimensiones del bienestar –salud, educación, seguridad ciudadana, ingresos, dinamismo económico e igualdad de género–, a través de una batería de más de veinticinco indicadores, con datos al mayor nivel de desagregación geográfica posible.

Los resultados, aunque intuitivos muchos de ellos, no dejaron de sorprendernos porque ponían al desnudo la geografía de la desigualdad en América Latina.  Así, encontrábamos dentro de un mismo país a municipios con niveles de bienestar comparables con los de la OCDE, y a pocos kilómetros de distancia –pero muchas veces a muchas horas de viaje–, municipios que perfectamente podrían trasplantarse al África Subsahariana.  Ambos tipos de territorios gobernados por las mismas elites, ambos tipos de contribuyentes aportando al mismo sistema fiscal, ambos tipos de grupos sociales viviendo la democracia de manera diametralmente opuesta. 

En el año 2013 repetimos el ejercicio para volver a monitorear las mismas dimensiones del bienestar.  Pero además dando una  mirada más a profundidad a un tema que, como en pocos momentos en la historia, ha generado tal nivel de consenso sobre su importancia para dar viabilidad a economías y democracias en el mundo entero: el empleo.  Dando, eso sí, especial énfasis en la calidad del mismo, tratando además de entender cuáles son los factores en el territorio que determinan su generación.    

Aquí reside una de las novedades del informe, ya que generalmente al empleo se le relaciona con otras dimensiones como las características del individuo – género, étnica, nivel de capital humano – o la institucionalidad de los mercados laborales.  Pocas veces se le vincula con dinámicas territoriales. 

En resumen, el estudio identifica tres conjuntos de factores que deben tomarse en cuenta para generar más y mejores empleos. 

Primero, la estructura económica-productiva de los territorios.  Entre más se descanse en producción de materias primas más difícil la generación de empleos de calidad.  De ahí la necesidad de industrializar y con ello dar valor agregado a la producción.

Segundo, las políticas públicas que se implementan en los territorios.  Institucionalidad laboral, políticas de fomento productivo y de protección social, siendo el marco, las reglas del juego que regulan los mercados, condicionan el tipo de empleo que se genera en los territorios.  En el lejano oeste se salva quien puede y manda quien ruge más fuerte.  En sociedades modernas hay acuerdos sociales mínimos que delimitan lo que es y no es aceptable en un mercado laboral.

Y tercero, los espacios de diálogo social.  La institucionalidad de un país debe ser la expresión formal de un acuerdo entre actores sociales.  Y para lograr acuerdos hace falta dialogar y comprometerse.  Esa es la esencia de la democracia y de la vida en sociedad.

Lo invito a que visite la página de internet, vea los resultados, descargue las bases de datos, y deje sus comentarios para poder mejorar cada vez más este análisis latinoamericano hecho por y para los latinoamericanos.  Pase adelante: http://www.informelatinoamericano.org/.

Prensa Libre, 22 de mayo de 2014.

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