jueves, 9 de junio de 2011

¿Con qué y con quiénes?

“Los partidos políticos nos harían un gran favor cambiando el discurso del qué van a hacer hacia el cómo lo van a financiar y con qué equipo humano van a trabajar.”

Trece semanas solamente. Eso es lo que nos queda para la primera vuelta electoral. El panorama está bastante claro, aunque persistan algunas nubes que mantienen viva la posibilidad de una sorpresa en el último minuto. Hay dos candidaturas fuertes y un racimo de pequeñitas que no terminan de germinar. Está claro quién va puntero y quien va segundo. Lo que está menos claro es el tamaño de la brecha.

En cuanto a agenda de gobierno, tres grandes temas apretarán el zapato de cualquier equipo que se haga con el poder. Uno es la seguridad ciudadana y la guerra que ya estamos peleando contra el crimen organizado. Otro es la generación de empleo formal y digno. Y el tercero es transversal a aquellos otros dos: el impasse fiscal.

Dos de los tres tienen tinte económico y requerirán una alta dosis de trabajo técnico que deberá hacerse acompañar de una buena estrategia de intermediación política – más con el Congreso de la República que con el sector privado organizado – y de intensa coordinación entre dependencias del Estado.

En el tema fiscal algunos de nuestros bárbaros ilustrados – como un día llamó Klaus Schmidt-Hebbel a los economistas – continúan repicando campanas de hecatombe e implosión macroeconómica. Otros somos menos agoreros (quizás por ingenuidad) y todavía confiamos en que podremos salir del atolladero. Es verdad que habrá que hacer un ajuste, pero lo más probable es que seremos capaces alcanzar un nuevo equilibrio y ojalá repartir costos entre los que hoy nos tienen en este brete.

Ahora bien, hay algo que la clase política puede comenzar a hacer desde ya. Con el ánimo de despejar dudas y construir expectativas positivas entre los agentes económicos. La incertidumbre de recursos financieros y humanos no tiene por qué durar hasta la toma de posesión del nuevo gobierno. Los partidos políticos nos harían un gran favor cambiando el discurso del qué van a hacer hacia el cómo lo van a financiar y con qué equipo humano van a trabajar.

Y no hablo de las mil posiciones burocráticas que seguramente entrarán en reflujo con el cambio de administración. Hablo de los 20 ó 30 economistas “top” que cada opción política seguramente tiene ya reclutados entre sus filas, y de donde saldrán ministros, viceministros de finanzas, economía, SEGEPLAN, y otras instituciones menores pero fundamentales como el INE, la DIACO, y PRONACOM, por citar algunas.

No nos tienen que decir el nombre de cada ministro y secretario. Todos entendemos que eso puede y debe esperar. Pero sí pedimos que nos digan cual es el pool de profesionales del cuál van a sacar su once titular. Eso da certeza sobre el tipo, coherencia y calidad de las medidas de política que van a adoptar.

¿Para qué tanta reserva? En las condiciones en que se encuentran los números de las encuestas no hay razón para esperar hasta diciembre o enero. A todos conviene salir y dar la cara. Proyectar imagen de equipo y tecnocracia seria y comprometida.

A los patriotas, porque puede ser la estocada que los termine de catapultar hacia la zona cómoda de los cuarentas. Al binomio oficial porque puede significar el acortamiento sustantivo de la brecha en preferencias del electorado. Y a los más chicos porque puede ser la razón para salir de la zona bonsái y enviar señales claras de seriedad en su reflexión y aspiraciones reales de llegar al poder (quizás no ahora pero en la siguiente elección).

El otro gran tema es con qué van a financiar sus programas de gobierno. La discusión del gasto público está clara. Sabemos en qué hay que gastar – o cuando menos en qué es que cada candidato quiere gastar – y más o menos en qué territorios hay que hacerlo. Lo importante y urgente ahora es hablar de cómo se va a financiar ese gasto.

Una discusión a fondo, que de un paso más allá de la gastada perorata de reactivar el pacto fiscal, tomar medidas contra la evasión y fortalecimiento de la SAT. Francamente eso es ya demasiado epidérmico, sobretodo para dos opciones políticas que han estado haciendo gobierno por cuatro años y han estado en la palestra por más de diez. Unos desde el Ejecutivo, otros desde el Congreso, y todos desde el poder local. ¡A ver quién tira la primera piedra pues!

Prensa Libre, 9 de junio de 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario