jueves, 15 de marzo de 2012

Cambios en el INE

“A aquellos que tienen acceso a formación e información – que en países pobres y desiguales no son muchos, dicho sea de paso –, debe dárseles la oportunidad y el espacio de ser servidores públicos, aportar con ideas y a la vez nutrirse de la realidad nacional.”

Esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE) se estrenó con nuevo Gerente, Rubén Darío Narciso. Ha sido muy grato constatar el apoyo que una gran cantidad de personas le han expresado a este joven profesional, formado en uno de los centros de pensamiento del país, así como la alta valoración que mucha gente tiene de la institución que ahora le toca dirigir.

El nombramiento es una buena noticia, por muchas razones. Acercar la academia a la práctica diaria de formular, negociar e implementar política pública es un ejercicio positivo. A aquellos que tienen acceso a formación e información – que en países pobres y desiguales no son muchos, dicho sea de paso –, debe dárseles la oportunidad y el espacio de ser servidores públicos, aportar con ideas, y a la vez nutrirse de la realidad nacional. Sobre todo cuando se trata de nuevas generaciones. Es un aprendizaje en doble vía del que nos beneficiamos todos como sociedad.

Pero además, la designación de Narciso es una señal positiva en cuanto a la prioridad y espacio que el nuevo equipo de gobierno quiere darle al trabajo técnico que realiza esta institución. La incorporación de este nuevo cuadro es coherente con las señales de monitoreo y evaluación de la política social que impulsa la ministra Lainfiesta, con la planificación estratégica que impulsa el secretario Carrera, con la estrategia de desarrollo rural que coordina el comisionado Zapata, por citar algunos ejemplos.

Aquellos que hemos tratado de seguirle la pista al INE sabemos de los inmensos esfuerzos que ese equipo de trabajo hace para sacar adelante la tarea. Porque a pesar de que en la página de internet del instituto se lee que (sic) “es el organismo descentralizado del Estado, semiautónomo, con personalidad jurídica, patrimonio propio y plena capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones que tiendan al desarrollo de sus fines, contribuyendo a la realización de un conjunto de programas y actividades sustantivas, orientadas hacia la ejecución de la política estadística nacional”, la verdad es que los grados de libertad y dotación de recursos humanos y financieros, no siempre han estado acordes a su agenda de trabajo.

Una lectura desde afuera parece indicar que la nueva gerencia tiene dos grandes retos por delante. Por una parte, continuar empujando por una reforma institucional que fortalezca su espacio y real autonomía dentro del aparato público, que profundice y ordene sus alianzas – no solamente a lo interno del gobierno, sino con otros actores de la sociedad y organismos internacionales –, y que consolide el sistema estadístico nacional como un instrumento esencial para la gestión del gobierno.

Y por la otra, darnos a los ciudadanos una señal clara de cuáles serán aquellas variables (fenómenos sociales) a los que darán prioridad con un monitoreo regular y sistemático. Las necesidades de información son muchas, y por tanto el riesgo de diluirse es alto.

Desde esta esquina le deseamos mucha suerte a Rubén y al INE, una institución tan noble y fundamental para nuestro país.

Prensa Libre, 15 de marzo de 2012.

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