jueves, 12 de enero de 2012

¿Qué dice el menú?

“(…) sostenibilidad fiscal, protección social y desarrollo rural, aparecen como temas centrales para el equipo que está por estrenarse.”

Hasta hace unos pocos años, entrar a comer a un restaurant nuevo – a menos que se tuvieran referencias previas – era un juego de ruleta rusa. No se sabía qué platos iba a encontrar en el menú, ni tampoco el precio de los mismos. Más de una vez tocaba pasar el rato colorado de tener que levantarse de la mesa sin ordenar nada, y salir nuevamente en busca de algo más a hoc a gustos y posibilidades.

Algo similar ha pasado con esta última elección de gobierno. Como nunca antes en la era democrática reciente, nos habíamos dado el lujo de tener dos equipos de gobierno en funciones por dos meses. Un gabinete oficial y un gabinete sombra, este último anunciado con mucha anticipación, y por lo mismo puesto a trabajar desde antes que comience su período oficial, esperando solamente el pitazo de salida para recibir las llaves de la oficina.

Ese simple pero significativo hecho nos dio información, comenzó a mandar mensajes a un electorado que, otra vez, se vuelve a esperanzar ante la posibilidad de que, con el fin de un ciclo político y el inicio de uno nuevo, algunos temas puedan retomarse con energías renovadas. A otros más escépticos, el interregno vivido en noviembre y diciembre pasados fue como haber tenido el menú en la puerta del restaurant, para poder ver platos y precios antes de entrar. Y debo confesar que en algunos casos ha despertado alguna dosis de optimismo, porque vemos pequeñas islas de oportunidad para seguir avanzando en la modernización del Estado.

Es curioso cómo a veces la clase política y la administración pública nos hace creer que el país está dando pasos cortos, modestos, pero hacia adelante. Hago una lectura rápida de un par de señales en el área socio-económica, porque ese es el pequeño metro cuadrado en el que me toca desenvolverme profesionalmente.

Por ejemplo, los nombramientos en carteras como Finanzas – tanto a nivel de ministro como de viceministros – y la Secretaría de Planificación Económica, dan razones para pensar que la complementariedad que debiera existir entre ambos entes vuelve a ser una posibilidad en el futuro inmediato. Hay varias coincidencias en ambos equipos: comparten una visión de desarrollo con equidad así como el papel del sector público en dicho proceso.

Más importante aún, también comulgan de la necesidad de seguir dando la batalla por una reforma fiscal en el país, que cumpla varias funciones: dotar al Estado de más recursos para atender problemas urgentes como la seguridad ciudadana, nuevas inversiones físicas y más inversión social; modernizar los sistemas tributarios, dándole un sentido de eficiencia y de progresividad; avanzar en los sistemas de planificación económica, eficiencia y transparencia y rendición de cuentas del gasto público.

De igual forma, la claridad con la que se nos ha hablado de un nuevo ministerio que atienda temas de desarrollo social también sugiere que las redes de protección a grupos vulnerables, y la política social en un sentido más amplio, tendrá un espacio real de institucionalización y de convertirse en política estratégica del Estado guatemalteco en los siguientes años. En otras palabras, tendrá la posibilidad de migrar a un nivel superior, dejando de ser un simple apéndice de iniciativas individuales o pequeños programas inconexos, unos más exitosos que otros.

En materia de desarrollo rural, el nombramiento de un comisionado presidencial para temas rurales, así como la asignación presupuestaria del ministerio sectorial, indican hacia una renovada ventana de oportunidad, para discutir e implementar acciones sobre un tema postergado pero estratégico para la reducción de la pobreza y la exclusión en que viven muchos de nuestros paisanos: el desarrollo rural.

Finalmente, la conformación del equipo de trabajo del MINECO indica el retorno a temas de competitividad y promoción de una agenda exportadora. Eso es positivo en tanto llena un vacío dejado por la administración saliente. El país necesita mayores tasas de crecimiento, y el gobierno debe asignara ello cuadros técnicos y políticos que trabajen de manera complementaria al resto de áreas prioritarias.

Así pues, sostenibilidad fiscal, protección social, competitividad y desarrollo rural, aparecen en el centro del equipo que está por estrenarse. O al menos eso es lo que se puede leer hasta hoy en la carta que han colocado a la entrada del palacio nacional de la cultura. Falta ver cómo preparan y sirven los platos, y qué sabor de boca nos dejan al final.

Como guatemalteco no puedo sino desear que tengan éxito, y confiar en la capacidad y compromiso que muchos de ellos han demostrado, desde las diferentes arenas profesionales en las que se desenvolvían hasta hace muy poco. Ahora ¡a cocinar!

Prensa Libre, 12 de enero de 2012.

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