jueves, 5 de enero de 2012

¿En qué están nuestros jóvenes?

“Los jóvenes son el futuro, dice el refrán. Una frase tan romántica como perversa, que bien puede dar sentido de esperanza como simplemente significar trasladar la responsabilidad de una generación a otra.”

Los jóvenes son el futuro, dice el refrán. Y Guatemala, como buena parte del continente latinoamericano, es un territorio de población joven. Luego debiéramos estar llenos de futuro, de sueños y planes, todos promisorios, todos llenos de energía y utopías. ¿Es así?

La juventud es barro húmedo entre los dedos. Es inexperiencia pero también es muchas ganas de hacer cosas nuevas. Por ratos es comportamiento errático pero generalmente bien intencionado. Es campo fértil para sembrar y cosechar casi de inmediato. En una escala mayor, es una oportunidad de corrección social, de cohesión, fuente de crecimiento económico, potencial de innovación y desarrollo.

Y por si fuera poco, en la Latinoamérica actual es un fenómeno social que trae su propio pan bajo el brazo. El bono demográfico es la manera en que técnicamente se ha bautizado a sociedades en las que la proporción de población en edad de trabajar continuará creciendo más rápidamente que la población dependiente en edad escolar o en edad de retiro. Es decir, por algunos años habrá potencial de aumentar el ingreso por habitante.

Paradójicamente, en un país de jóvenes, cuando uno se pregunta cosas tan sencillas como ¿qué hacen nuestros patojos? ¿qué los inspira? ¿qué los preocupa? ¿qué los mueve? ¿cómo viven su sexualidad? ¿cómo encuentran empleo? ¿en qué usan su tiempo libre? ¿qué los hace migrar, meterse a maras, o usar drogas?¿hay diferencias entre los jóvenes de la capital y los de las cabeceras?...generalmente hablamos de oídas. Los datos son escasos, y los análisis a nivel de país lo son más todavía.

Por eso me dio mucho gusto cuando Bienvenido Argueta me escribió hace unos días para contarme que la otra semana harán públicos los resultados de la “Primera encuesta nacional de juventud en Guatemala”. Creo que, otra vez, dio en el clavo, coordinando un nuevo esfuerzo amplio, esta vez para sacarles una radiografía social a los guatemaltecos entre 15 y 29 años.

Estuve hojeando rápidamente algunos cuadros generados a partir del módulo de empleo. Como en todo, hay hallazgos que uno puede anticipar por simple intuición, como que más escolaridad genera mayores posibilidades de estar empleado, o que los jóvenes en situación de pobreza están más propensos a comenzar a trabajar que el resto de sus pares en mejores condiciones económicas.

Sin embargo, también hay aquel otro grupo de resultados que sorprenden por su capacidad de interpelar mitos. Por ejemplo, que las redes sociales (amigos y familia) son, de lejos, la principal fuente para encontrar empleo, no solamente el primero sino también los subsiguientes. Esto es un serio cuestionamiento al funcionamiento de nuestro mercado laboral, pero también pone en evidencia la desigualdad de oportunidades que prevalece en el país. Constata aquella frase infame de “no es tanto cuánto sabes sino a quién conoces”.

De igual manera, las respuestas diferenciadas que dan los jóvenes sobre por qué no buscan trabajo indican con mucha claridad la necesidad de diseñar políticas públicas distintas para cada segmento socioeconómico. Incompatibilidad entre trabajo y estudio, falta de interés o necesidad son las razones de los jóvenes en estratos más altos. Embarazo, cuidados de personas ancianas o niños, y quehaceres del hogar son las respuestas más recurrentes entre los más pobres.

Los jóvenes son el futuro, dice el refrán. Una frase tan romántica como perversa, que bien puede dar sentido de esperanza como simplemente significar trasladar la responsabilidad de una generación a otra, y continuar dejando a los jóvenes desatendidos porque todavía no es su momento, porque todavía no son adultos. Esa percepción es equivocada.

Los jóvenes son futuro pero al mismo tiempo son presente. Viven hoy, trabajan hoy, sueñan y se frustran hoy, se entusiasman o defraudan hoy, igual que usted y yo. Por lo mismo, debiéramos emplearlos a fondo, no solo como objetos, sino también como sujetos de la vida social. Que opinen, que sean escuchados al momento de tomar decisiones que les afectan, que cometan errores y asuman su responsabilidad, que su participación política obligue el recambio en nuestros liderazgos.

Ojalá y este modesto esfuerzo por darnos información estadística actualizada sirva para reanimar el interés y compromiso que todos debiéramos tener hacia la juventud. Ojalá y esos datos sean puestos inmediatamente a disposición de todos aquellos que directa o indirectamente trabajan con dicho grupo. Solamente así nos ayudará a responder la pregunta ¿en qué están nuestros jóvenes?

Prensa Libre, 5 de enero de 2012.

3 comentarios:

  1. me gusto mucho su publicacion, lo felicito por tocar estos temas de suma importancia para todos los guatemaltecos, yo tengo 19 años y me dio mucho gusto leer algo tan interesante y tan cierto, pues a mi criterio pienso q todos los jovenes somos responsables para llevar a Guatemala a un nivel superior, pero para esto, tenemos q superarnos nosotros mismos, estudiando y dandolo todo por Guatemala. Felicitaciones

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  2. ¿Que qué? ¿Ya no soy joven? Jajaja...
    Me encanta trabajar con la juventud, creo más en ellos que en mi actual generación, no porque seamos pacíficos, pero estamos en una etapa para establecer la familia, si tenemos trabajo, lo único que deseamos es conservarlo y cumplir con lo requerido y si de paso podemos colaborar en algo más, bien. No digo que esté mal, es "lo que toca", ya luego vendrá el aconsejar y enseñar lo mejor posible a nuestros hijos e inculcarles valores, por lo que pondremos en marcha algo de sabiduría que nos otorgue la vida y la experiencia.
    Pero, ¿mientras tanto qué? El mundo que le dejaremos a nuestros hijos no solo depende de los que tenemos más de treinta, ya que sus modelos a seguir serán los que hoy tienen menos de 29.
    ¿No les parece buena idea invertir tiempo en la juventud de hoy?
    Recuerdo que en mi juventud fue cuando más activa y entregada fui a todo lo que emprendía, también fue cuando más veces me equivoqué, pero dicen que “no falla aquel que cae, sino aquel que no lo intenta”.
    Si hubiera tenido algún mentor, un poco mayor que yo, seguramente hubiera acertado más veces.
    Colabora para que los jóvenes impulsen sus sueños y les dejaras una mejor nación a ellos y a tus hijos. Yo ya lo hago con un grupo pequeño de adolescentes y la satisfacción es incalculable.

    ¿Dónde puedo conseguir las estadísticas de esa encuesta?
    ¡Gracias!

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    1. Muchas gracias por sus comentarios. Con mucho gusto puedo facilitarle información sobre la encuesta. Por favor dígame a dónde la envío. Saludos.

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