lunes, 25 de octubre de 2010

¿Por qué no encuentro trabajo?

“¿Por qué es que hay muchas personas desempleadas al mismo tiempo que hay muchas plazas de trabajo disponibles?”

Hay pocos reconocimientos que despiertan tanta expectativa en el mundo entero como el premio Nobel. Desde 1901 se entrega dicho galardón a aquellos hombres y mujeres que hayan hecho contribuciones significativas en diferentes campos del conocimiento como física, química, psicología o medicina, literatura y paz. En 1968 se incluyó una nueva categoría, cuando el banco central de Suecia estableció el premio para las ciencias económicas.

A partir de entonces, casi todos los grandes nombres que resuenan en Economía están en la lista de premiados: Samuelson, Solow, Tinbergen, Kuznets, Leontief, Stigler, Buchanan, Coase, Becker, North, Lucas, Sen, Heckman, Akerlof, Kydland y Prescott, Phelps, Krugman, Ostrom, son solamente algunos de ellos.

Sus contribuciones han sido amplias y en muchos casos revolucionarias. Con ideas de crecimiento económico, costos de transacción, teoría monetaria y fiscal, capital humano y desarrollo, econometría, comercio y finanzas internacionales, comportamiento del consumidor y de la firma, etcétera, todos estos hombres y mujeres han estimulado la mente de millones de economistas alrededor del mundo.

Hay también algunos datos anecdóticos del premio que vale la pena conocer. Desde que se instauró ha habido 67 galardonados en 42 años – 22 han sido para una sola persona, 15 se han dado a dos, y 5 han sido compartidos entre tres premiados –; solamente hemos tenido una mujer premio Nobel en Economía: Elinor Ostrom, quien en 2009 compartió el reconocimiento con Oliver Williamson, en reconocimiento a sus contribuciones en temas de gobernanza; el más joven en recibir el galardón tenía 51 años – Kenneth Arrow en 1972 – y el más viejo tenía 90 años – Leonid Hurwics en 2007.

Este año la Real Academia de Ciencias de Suecia seleccionó a los profesores Peter Diamond del Massachusetts Institute of Technology, Dale Mortensen de Northwestern University y a Christopher Pissarides de la London School of Economics, (sic) “por sus análisis de mercados con fricciones de búsqueda”. Los tres premiados tienen una larga trayectoria de investigación y docencia en temas relacionados con mercados laborales. De hecho, son conocidos por su modelo Diamond-Mortensen-Pissarides (DMP) para estudiar fenómenos como los determinantes del desempleo.

El análisis de mercados con costos (fricciones) de búsqueda permite responder preguntas como ¿por qué es que hay muchas personas desempleadas al mismo tiempo que hay muchas plazas de trabajo disponibles? En otras palabras, ¿cómo es que compradores y vendedores en un mercado no pueden llegar a un acuerdo (precio y cantidad) de manera inmediata? En este caso se refieren a oferentes y demandantes de mano de obra (trabajo).

La explicación que dan los galardonados tiene que ver con los costos de búsqueda, tanto para las empresas al tratar de reclutar personal, como para los trabajadores al intentar encontrar la plaza de trabajo. A diferencia de un mercado en donde el producto es el mismo – por ejemplo el mercado de naranjas – en el mercado del trabajo el producto varía caso a caso. Las capacidades de las personas son diferentes y por ende su productividad también lo es. De igual forma las plazas de trabajo son distintas de una empresa a otra (incluso aunque sea la misma empresa en dos localidades diferentes), y por tanto las competencias laborales que se buscan son distintas.

Esta complejidad hace que la solución clásica de mercado, en donde compradores y vendedores se encuentran de forma inmediata, sin incurrir en costos adicionales para encontrarse uno al otro, y con información perfecta, simplemente no se cumple. De allí el atractivo de la teoría desarrollada por el modelo DMP y sus extensas aplicaciones e implicaciones de política.

Es muy probable que la selección de los galardonados este año haya estado condicionada por la coyuntura internacional, ya que la tímida recuperación del crecimiento económico no ha venido acompañada de mayor generación de empleo. Estudiar los mercados laborales vuelve a estar de moda, no solamente en la enseñanza de la Economía sino en la agenda de política pública.

En Guatemala, a pesar de tener una población mayoritariamente joven, y que desde muy temprana edad comienza a vender su fuerza laboral, lo laboral ha sido un tema poco estudiado. Quizás mucho tiene que ver por falta de información estadística confiable, pero también por una desconfianza y hermetismo hacia el tema producto de nuestra historia reciente.

En ese sentido, debiéramos aprovechar el momento para que centros de pensamiento, algunas dependencias del Estado dedicadas a la planificación estratégica, y el mismo Instituto Nacional de Estadística, dialogaran y construyeran una agenda de trabajo a mediano plazo. Entender y seguir de manera regular el comportamiento de nuestro mercado laboral es básico para el diseño de la política económica y social en el país. En él radica la fuente principal de ingresos de los hogares guatemaltecos, y por ende se constituye en el principal mecanismo de redistribución de todo lo que producimos.

Prensa Libre, 21 de octubre de 2010.

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